Barrick's Women: zooming in on Peru (in Spanish)

Published: 10/08/2014
Los desafíos que enfrenta el sector minero indican que habrá una importante demanda de trabajadores. Los estímulos para llenar esos espacios con profesionales y operadoras femeninas va en aumento y así lo demuestran las empresas mineras.
La minería en el Perú ha dejado de ser preferentemente masculina al haber incluido en sus procesos productivos a las mujeres, cuya habilidad demuestra cuidado y paciencia en el manejo de los equipos, además de contar con mucho sentido de la responsabilidad. Algunos especialistas creen que el influjo femenino puede traer nuevos aires a un sector considerado un mundo exclusivamente para hombres.
Situaciones que Laura Alegre, Isabel Solórzano, Ana Ibarra y Miriam Marín, representantes de la mujer minera en Barrick comprenden mejor, pues son unos diamantes con el brillo del oro. Ellas han tenido que dejar los vestidos, tacones y maquillaje por chaleco, botas y bloqueador. Conscientes que sacrifican horas de su rol de madre o esposas, se sienten compensadas con brindar bienestar y un gran ejemplo a sus familias.
¿Fuerza o talento?
Estas cuatro mujeres más que compartir el género, comparten la pasión por la minería. El camino no ha sido fácil, pero han superado las barreras de los prejuicios y han demostrado que están para cosas grandes.
❀ Laura Alegre: “Cuando me propusieron realizar mis prácticas en Barrick no lo dudé, acepté y ahí supe que había escogido lo que más me gustaba. Cuando tuve la oportunidad de regresar en el 2004, ya a trabajar, tenía más noción de lo que me esperaba y de lo que esperaban de mí. Y con el tiempo debo decir que no me costó la adaptación, es más, me encanta salir al campo. El llegar a las oficinas con los zapatos llenos de barro, con lluvia encima, luego de haber realizado una labor, es muy gratificante”.
❀ Isabel Solórzano: “En el área de Medioambiente estoy encargada de permisos ambientales, que contempla la planificación, ejecución y obtención de los permisos, autorizaciones y licencias que otorgan las instituciones del gobierno para la continuidad de la operación minera. En mi etapa de estudiante siempre tuve como meta entrar a trabajar a una mina, pero se me hacía muy difícil alcanzarlo. Ahora me doy cuenta que no es difícil y que todos podemos lograr lo que nos proponemos. Cuando ingresé a Lagunas Norte experimenté el trabajo en campo, anteriormente laboré en oficina. Me ayudó mucho el clima laboral para encajar en este estilo de vida. Aunque es bonito el trabajo en campo, también es sacrificado, pero nada me impide que siga adelante”
.
❀ Ana Ibarra: “Estar lejos de mi familia es lo primero que me afectó, el hecho de no llegar a casa y ver a mi familia después del trabajo. Trabajar en el campo con condiciones climáticas adversas, acostumbrarte a caminar en terrenos fangosos, en lluvias y con harto frio o harto sol, pero a la larga una se adapta”.
❀ Miriam Marín: “Desde muy niña me gustaron las máquinas, al terminar mis estudios superiores realicé un curso de maquinaria pesada y como yo soy de Cajamarca, tuve la oportunidad de trabajar en una empresa contratista, donde manejaba una máquina de menor dimensión a las que tenemos en Barrick. En el 2004, minera Barrick me dio la oportunidad de operar máquinas de mayor dimensión”.
Hombres v/s Mujeres
❀ Laura Alegre: “Los compañeros te tratan igual que uno de su grupo, tanto que a veces nos contagiamos de las palabras y gestos. El área de Procesos siempre se ha caracterizado por la unidad que existe en el grupo, a pesar de que somos muy pocas mujeres en el área, ellos nunca nos hacen a un lado, sólo en los partidos de fútbol. Las compañeras en Pierina han demostrado profesionalismo y por eso nos tienen consideración dentro y fuera de la empresa”. “Con el tiempo mis compañeros comprendieron que podía realizar la labor igual que cualquier operador. Las mujeres no esperamos que por nuestro género tengamos alguna ventaja en desarrollarnos profesionalmente, simplemente lo demostramos”.
❀ Isabel Solórzano: “No siento un trato diferente por ser mujer, al contrario, es gratificante sentir que no existen diferencias entre nosotros. La verdad es que no he notado ninguna diferencia. En el tema laboral no es relevante el género, edad, raza o posición social de las personas. Las personas siempre toman en cuenta mis opiniones y no se fijan en lo superficial”.
❀ Ana Ibarra: “Pasar mucho tiempo juntos nos hace sentir como en familia. Sin embargo, por el hecho de ser mujer no hay preferencias, todos realizamos el mismo esfuerzo, siempre apoyándonos mutuamente. En mi área existe un buen ambiente laboral, y cuando hay mucha tensión por problemas de trabajo, nos hacemos bromas. Ellos valoran mucho el trabajo que hago y por el hecho de ser mujer creo que lo valoran mucho más”.
❀ Miriam Marín: “Nunca sentí alguna ventaja o desventaja por ser mujer, aquí el trato es bueno y el respeto es igual, ya seas hombre o mujer y todos hacemos lo mismo y tenemos el mismo horario. Mis compañeros al igual que mis jefes me tratan bien, diría que es un trato como hermanos, porque todos somos una familia. El respeto es recíproco”.
Madre, esposa, profesional
El hecho de insertar a la mujer en el trabajo tiene un fuerte impacto en la reducción de la pobreza y en multiplicar su rol, ya que muchos hogares tienen una mujer sola como jefa de hogar. Y las mujeres de Barrick demuestran que sí es posible.
❀ Laura Alegre: “Soy casada con un hijo de dos años, y es un gran esfuerzo el papel de madre, esposa y profesional. A veces, los hombres no entienden la magnitud de las responsabilidades que asumimos al formar una familia, balancear prioridades y trabajar en lo que nos gusta. Aunque es agotador, me siento reconfortada, porque cuento con la comprensión de mi esposo quien me anima a seguir desarrollándome en mi carrera”.
❀ Isabel Solórzano: “Siento que para las mujeres que son madres es difícil pero no imposible asumir este tipo de trabajo. No porque deben ser quienes se encarguen de los hijos y roles del hogar, sino porque una madre siente más la lejanía de sus hijos. Mientras esté soltera, aprovecharé al máximo la experiencia que da trabajar en el campo”.
❀ Ana Ibarra: “Soy una orgullosa madre soltera. Asumir roles de madre, esposa y profesional es muy difícil, porque son roles en los que tienes que hacer acto de presencia. Admiro a las mujeres que cumplen todos esos roles y que pueden salir victoriosas. Como madre y profesional trato de dar lo mejor de mí en estos dos roles, pero estoy convencida que en el que nunca me permitiría fracasar es en el rol de madre”.
❀ Miriam Marín: “Soy madre soltera y tengo un hijo de 18 años. Mi familia es mi inspiración y la razón de mi vida. Ellos me dan el impulso para trazarme metas y culminarlas. La clave es organizar el tiempo, por eso creo que no es dar mucho tiempo, sino dar calidad de tiempo. Conversar mucho con la familia y con la ayuda y comprensión de ellos, creo que todo saldrá mejor”.