Los impactos de la minería contemporánea tanto ambientales como sociales y a la salud destacan no sólo por ser cuantitativos sino cualitativamente más agresivos en el tiempo y en el espacio, agudizando los procesos de apropiación y despojo de tierras, agua y otros recursos naturales e irreversibles en muchos de los casos, agravando el descontento social y los escenarios de violencia y conflicto social contra las empresas mineras. Dentro de está amalgama están inmersas un grupo de mujeres que realizan este tipo de trabajo directamente en las minas.